La inmensa mayoría de los ciudadanos elige
acudir al Notario para realizar la compraventa y su posterior inscripción en el
Registro de la Propiedad, principalmente por su seguridad jurídica ante los
tribunales, lo que se conoce como un sistema de seguridad jurídica
"preventiva", es decir, que se anticipa al conflicto, evitando el
pleito.
El Notario
es un funcionario público que da fe o autenticidad de las declaraciones del
vendedor y comprador en la escritura, de modo que ninguna de las partes podrá
negar ante la otra lo que han manifestado y además está obligado a realizar un
asesoramiento neutral entre ambas partes y siempre al consumidor (parte más
débil), a diferencia de la intervención del abogado, que actúa en defensa de
los intereses de la parte que le ha contratado.

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