El repintado de las líneas divisorias de las
plazas de aparcamiento, suele generar numerosos problemas en las Comunidades de
propietarios, toda vez que en la mayoría de los casos, no existe un plano
exacto con la delimitación original y dimensiones de cada plaza, y la pintura
de las líneas puede haber sido borrada o modificada con el paso del tiempo
Para resolver esta problemática, en primer lugar
habría que analizar la descripción de las plazas de garaje tanto en la escritura de compraventa como en la de obra
nueva y división horizontal, ya que tanto la superficie como los linderos estarán descritos. Igualmente se podría consultar en el catastro la descripción gráfica de todas las fincas que configuran el aparcamiento, por si
ello pudiera contribuir a aclarar mejor sus dimensiones.
En los huecos o espacios sobrantes donde no fuera posible acreditar
su carácter privativo, este espacio tendría
necesariamente la consideración de elemento común, sin que ello habilite a
ningún comunero al estacionamiento de cualquier vehículo sin autorización de la
Junta de Propietarios, máxime cuando presumiblemente estaría limitando el paso
y la maniobrabilidad al propietario de la plaza colindante, por lo que tanto
éste como como la propia Comunidad de Propietarios, estarían en su caso legitimados para
interponer acciones judiciales.
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